centrado en el hogar
Ningún otro éxito puede compensar el fracaso en el hogar.
(David O. McKay)
Creemos que las relaciones familiares pueden continuar más allá de esta vida y que estaremos con los seres queridos que han fallecido. A partir de esta creencia central, tratamos de poner nuestro "mejor esfuerzo" en las relaciones familiares y en brindarles a nuestros hijos el testimonio y las herramientas que necesitan para tener éxito en la vida y más allá.
Trabajamos para criar niños con los que queremos estar por la eternidad y para convertirnos en los padres con los que ellos también quieren estar.
estudio familiar
Cada año nos enfocamos en un libro canónico: Antiguo Testamento, Nuevo Testamento, Libro de Mormón y Doctrina y Convenios. La guÃa de estudio Ven SÃgueme incluye un tema para cada semana del año con ayudas para enseñar a niños de todas las edades.
Noche de hogar familiar
"Cada noche de hogar familiar es una pincelada en el lienzo de nuestras suelas". David A. Bednar
Haga que el tiempo en familia sea una prioridad para una noche cada semana. Y pasen este tiempo jugando, hablando y enseñando juntos. Enseña a tus hijos que la familia es la prioridad.
Estudio familiar de las Escrituras
Aprenda (y enseñe a los niños) el poder que proviene de la palabra de Dios. El estudio regular de las Escrituras nos coloca firmemente en el camino de Dios y abre nuestros ojos para reconocer la mano de Dios en nuestras vidas.
Programe tiempo regular para el estudio personal y familiar de las Escrituras. A menudo es mejor estudiar por tema. Por ejemplo, ¿qué enseñan las Escrituras acerca de la fe? ¿Qué relatos de las Escrituras serán más significativos para mis hijos?
Oración individual y familiar
La oración nos conecta con Dios. Y orar en familia nos conecta con Dios juntos.
“Al recordar juntos ante el Señor a los pobres, a los necesitados y a los oprimidos, se desarrolla, inconscientemente pero con realismo, un amor por los demás por encima de uno mismo, un respeto por los demás, un deseo de servir a las necesidades de los demás. No se puede pedir a Dios ayudar a un prójimo en apuros sin sentirse motivado a hacer algo uno mismo para ayudar a ese prójimo. Qué milagros ocurrirÃan en la vida de los hijos del mundo si dejaran de lado su propio egoÃsmo y se perdieran en el servicio a los demás. La semilla del cual puede crecer este árbol protector y fructÃfero, es mejor plantarlo y nutrirlo con las súplicas diarias de la familia".
(Gordon B Hinckley)